Volvemos a la carga en mi blog rolero, prácticamente abandonado desde que me enteré que iba a ser padre. Pero para eso existe este tipo de desafíos, ¿no? Para probarnos a nosotros mismos que, proponiéndonoslo, podemos escribir con frecuencia diaria.
Me he tomado la libertad, una vez más, de crear mi propia imagen de cabecera para el desafío por corregir la ortografía y el estilo de alguna de las preguntas. Espero se me perdone el atrevimiento.
Me salté la edición del Desafío que consistió en crear un juego (o una ambientación, no recuerdo exactamente) pero intentaré llegar a esta mezclando entradas programadas con otras escritas con nocturnidad cuando la casa está en silencio.
Nos leemos.
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