El Reino de la Sombra. Me lo compré por recomendación de mi amigo Carlos - ya no incluyo mención por no darle la turra - para compartir los gastos de envío cuando el manual aún se editaba en rústica y, como tantas veces, fue a parar a la estantería mientras yo pensaba: ya lo leeré más adelante.
Por aquel entonces yo ya estaba obnubilado con las bondades del NSd20 mientras le daba vueltas a comenzar una campaña en Reinos Olvidados (ver este mismo blog) con mi grupo de juego. A una editorial española se le había ocurrido hacer genérico el sistema de D&D3.5 y encima se podían corregir las cosas que no me gustaban: creación de personaje por puntos en vez de al azar y se quitaba de en medio la magia vanciana. Pero había un problema, particularizar el sistema genérico para la fantasía iba a llevar más tiempo del que yo disponía y entonces alguien me dijo: ¿por qué no le echas un vistazo a ERdS?
¡Y estaba en mi habitación! Me puse manos a la obra, eché un vistazo a todo lo que necesitaba y comenzamos nuestra campaña.
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