Respetar los turnos de palabra, especialmente cuando habla el máster; no estar pendiente del móvil, dibujar el mapa, hacer anotaciones de nombres y datos relevantes de la partida, y llevar la cuenta del tesoro común.
Suelo hacer todas esas cosas en la mesa, a no ser que otro se ofrezca a dibujar pues mis habilidades pictóricas están a la altura de preescolar (la Escuela Infantil antes se llamaba así, jóvenes). Algunas veces le doy un poco la turra al máster pero solo si juega mal a FATE (guiño, codazo). Y cuando me siento más inspirado, intento teatralizar un poco más a mi personaje, aunque reconozco que esto lo hacía más antaño.
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