1 de mayo de 2014

Groj Rompehuesos

Iluskano bárbaro

Características: Fue 18 (+4), Des 12 (+1), Con 16 (+3), Int 8 (-1), Sab 8 (-1), Car 11 (+0).

Rasgos raciales: Entorno predilecto (ciudad).

Habilidades: Artesanía (Herrería) +1, Atención +3, Atletismo +10, Averiguar intenciones +1, Intimidar +2, Montar +5, Recabar información +2, Saber (Tácticas) +3, Supervivencia +3, Trato con animales +2.

Dotes: Competencia (armaduras medias, armas marciales), Furia 2, Ataque torbellino, Carga poderosa 3, Ataque sometedor 2, Especialidad en armas (gran martillo), Crítico mejorado (gran martillo), Herramientas improvisadas, Hombre para todo.

Bonificaciones: Ataque +8, Fortaleza +6, Reflejos +2, Voluntad +0.

Combate: Iniciativa +2, Velocidad 9m/6m*, Defensa 12 (Desprevenido 10), Pieles (RD 3, Pen. 0[-3]), Ataque desarmado +8 (1d3+4), Gran martillo +10 (1d12+6,19-20), Espadón +8 (2d6+6,19-20), Derribar/Presa +11.
Salud: Puntos de Resistencia 38, Umbral de herida grave 11.
Equipo: armadura de pieles, gran martillo, espadón, ropa de abrigo, raciones de viaje (1 semana), odre (2l), mochila, piedra de afilar, herramientas de herrero, cuerda de cáñamo (10m).
Lenguajes: común, iluskano.
Puntos de Acción: 3
Complicaciones: analfabeto, manirroto.

* Penalización de armadura

TRASFONDO
Groj se encontraba entrenando tras el salón del trono cuando escuchó un fuerte estruendo. Entró rápidamente en la sala con la espada preparada. Las historias del demonio de hueso las había oído contar, pero la realidad superaba a la ficción. El gran salón empequeñecía ante tal figura, los seis metros de altura a duras penas daban espacio para su postura erguida. El joven guerrero miró aterrorizado a su padre que le señaló a Belofer mientras sacaba su espada para enfrentarse a la bestia y dijo: "Groj, quítale el colmillo a Belofer". Corrió pasando a su padre Olef, al fondo Urk se encontraba paralizado en la entrada y, en medio de la sala, Belofer blandía un gran colmillo con una mezcla de satisfacción, soledad y locura en su mirada.

Sin mediar palabra y con la velocidad del viento, Groj alzó su espada ante Belofer casi sin darle tiempo a ver que lo tenía delante y cortó de un violento tajo la mano que sujetaba el colmillo. Cuando el colmillo tocó el suelo todo cambió: un aullido resonó dentro de la bestia, el colmillo desapareció y los huesos empezaron a cubrirse por músculos y piel carmesí.

En todo el pueblo se pudieron oír las palabras ¡POR FIN LIBRE! entre chirridos infernales. La bestia estiró sus brazos arrancando el tejado de un golpe. Su atención pronto se fijó en el jefe Olef que blandía una espada a sus pies. Le atrapó con la mano izquierda y procedió a devorarlo salvajemente. Groj se lanzó contra la criatura, clavando su espada hasta la empuñadura en una pierna. Esto no pareció herirla pero sí molestarla. La bestia arrojó lo que quedaba de Olef a la esquina para asir a Groj y Belofer, uno con cada mano.

La última vez que Urk había pensado en ello fue hace más de una década aunque ahora el recuerdo refulgía vívidamente en su cabeza. Un bárbaro nómada le había enseñado una canción en una lengua ya olvidada para llamar al Caminante Irro y, si su petición era justa y su compromiso completo, el Caminante le ayudaría. La letra pasó de su mente a su boca instantáneamente. Al concluir el cántico todo pareció congelarse, incluso las voces de sus ancestros, y una nueva voz apareció: "Urk, padre de Belofer, acepto tu propuesta: tu alma por la vida de tu hijo y de tu pueblo".

Un hombre apareció frente al demonio cuando éste se preparaba para devorar a sus presas. La bestia retrocedió ligeramente al sentir una magia tan antigua como la tierra misma. Desde el interior del hombre, una canción apaciguadora empezó a emanar envolviendo a la criatura, ésta soltó a sus presas mientras un pentágono aparecía bajo sus pies y le absorbía hacia la tierra. Nada más pisar tierra, Belofer salió corriendo. Por su parte, Groj se acercó al hombre y le entregó su espada y la promesa de lealtad.

Irro le devolvió la espada a Groj y le dijo: "Groj, es un honor para mí recibir tu espada, pues llegará el día que la necesite pero ahora está roma y sin filo. Sal, lucha y aprende porque cuando te necesite deberás ser el mejor". Groj vio desaparecer a Irro y corrió hasta su casa para llenar una mochila y salir a convertirse en el mejor.

Tiempo después...

"O sea, ¿que buscas trabajo de mercenario?" - dijo un hombre algo obeso y malencarado en la taberna más cutre de la ciudad.
"Así es" - respondió Groj -
"¿Y qué hace un bárbaro tan lejos de su pueblo?" - preguntó mientras intentaba escudriñar la verdad en la cara de Groj.
"Buscar trabajo de mercenario", fue todo lo que le sacó.
"Pero tendrás una historia detrás, ¿no?"
- Groj suspiró antes de contestar - "mi historia es muy sencilla: me señalas a quién quieres que mate y yo lo mato".

Idea original de +Diego Lázaro
Ilustración de Joan Treze

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